¿Viva la República?

La Sexta, esa cadena que ha hecho que Telecinco y Cuatroº parezcan la UFA, ha programado para esta noche una cosa a la que han llamado «¡Viva la República!» (para estímulo de las secreciones de pollos, pollinos y borderlines tricolores: con la de hoy los de Kleenex se forran) como preludio de la importate onomástica que se celebra mañana. Ya saben, el aniversario del hundimiento del Titanic.

Desde su web se puede leer que para este documental de ficción, que especula acerca de cómo sería estepaís en el caso de que la República hubiese ganado la Guerra Civil, la cadena ha pasado de lo de la imparcialidad y la documentación seria y ha dejado el tema en manos de un egregio panfletólogo como Paul Preston. Así que aunque la primera intención fuera pura e inocente, uno supone que el resultado estará repugnantemente viciado y sesgado. Ante tal promesa de risión, yo ya tengo preparada la cinta para grabar este «What if», recurso muy del mundillo del tebeo y la serie Z (de Zapatero y de zombi) y legárselo a mis sobrinos, con el deseo de que dentro de unos pocos años, cuando la Tercera República ya sea una realidad y no sólo una excusa para quemar contenedores o una pajilla ideológica disfrazada de experimento televisivo, puedan partirse la caja ellos también a la salud de su tío el fusilado.

Y ahora dejen que me mese la perilla y mire distraídamente hacia arriba, que le voy a dar yo también brevemente a la ucronía. Masaje en las sienes: a ver, victoria republicana, victoria republicana… Por ejemplo, de lo que se infiere de carteles ya publicados por estos lares, una victoria republicana hubiese reducido la delincuencia prácticamente a cero, lo mismo que la inmigración. Por tanto no habría lugar al Movimiento. Empezamos bien. También hay que plantearse de qué sistema político estaríamos disfrutando. Con las pistas de las que disponemos lo suyo es suponer que de una respetada democracia.

A la albanesa o a la rumana, sí, vale, pero al menos una democracia próspera y avanzada en la que una anecdótica postguerra no habría supuesto apenas problemas de vicios, enfermedades, sequías o hambrunas: la industria de guerra hubiese levantado el país (con cierta ayuda soviética) y los pantanos los hubiese construido Negrín en lugar de Franco, que hoy dispondría de una estatua junto a los Nuevos Ministerios. Seguro.

De entre las grandes conquistas en materia social que indudablemente hubiesen llevado a la República (que no a su némesis: España) a la vanguardia mundial de la lucha por las libertades habrían destacado el pleno reconocimiento de los derechos de la mujer y el fin del yugo opresor machista, que hubiese culminado en una auténtica revolución sexual:

Algo habría hecho la tal Lola...

Por no hablar del reconocimiento de los derechos de culto, asociación, reunión y libre expresión. Sobre todo libre expresión.

Eso que ven a la derecha de la carta no es censura. Fdo: la Censura.

Progreso cultural. Este sí que sí. Indudable. Un nuevo Siglo de Oro, vamos. Fuera reminiscencias folklóricas rancias, fuera tradiciones españolistas, fuera tortura animal:

Alberti perdido para la causa poética por dedicarse en cuerpo y alma a su temprana vocación: el revólver. Una lástima. Y Lorca fusilado por ambigüedad sexual e ideológica, como Dalí, Manuel Machado y el resto de la canalla facciosa juntaletras. Pero gracias al sistema educativo republicano, pionero en la utilización de terapias de aversión como el método Ludovico, los niños se forman sólidamente en el pacifismo y en el respeto a la diversidad:

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Con los fondos del Prado diseminados por los Urales y las iglesias y catedrales reducidas a gravilla, hubo que buscar el atractivo turístico y la excelencia en las otras artes: el espíritu del ateneo republicano inspira al teatro, Víctor Manuel es fusilado por colaboracionista y el cine…

Bueno, el cine más o menos como el de hoy.

Pero lo mejor de todo es que, llegando a nuestros días, uno se da cuenta de que una victoria republicana hubiese evitado la existencia de programas como el de esta noche. Más que nada porque, con toda probabilidad, los padres y abuelos de ilustres socialistas como Rubalcaba, Bermejo, De la Vega, el 90% de la plantilla de Mediapro y todos esos niños bien que hoy en día se blasonan de libertarios y juegan a despotricar del personal según criterios de limpieza de sangre, a coquetear con la memoria histórica selectiva y a dar pie a fantasías más «antifascistas» que republicanas hubiesen sido fusilados en cualquier checa, desterrados, condenados a morir de inanición en el gulag de los Monegros acusados de nada en particular o esclavizados en la construcción del Valle de los Caídos (sustitúyanse los sarcófagos por vitrinas, los osarios por momias y las cruces por las hoces). Entonces el Universo se habría librado de esta ola de republicanismo ibérico vintage: casposo, paleto y homicida. Paradojas de la vida.